Comienza sus estudios en el Seminario de Ciudad Real y los termina en el de Madrid. Es ordenado sacerdote en 1895. Inicia su ministerio como cura ecónomo de Moralzarzal, donde permanecerá treinta años, hasta su muerte martirial.
Fue detenido por el acalde y dos concejales, pero asesinado por milicianos de la checa de Collado Mediano.
Hijo de Santiago, labrador, y de María Dolores. Ordenado sacerdote en León en 1923, comienza su ministerio como cura ecónomo de la parroquia de Llanares. En 1932 solicita el paso a Madrid y es nombrado párroco de Navas de Buitrago, con su anejo de Cinco Villas. En 1935 es trasladado a Navacerrada, también como párroco.
El 2 de agosto de 1936 fue ahorcado, colgado de un pino, en el kilómetro 14 de la carretera de Villalba al puerto de Navacerrada.
Ordenado sacerdote en Valladolid en 1907, ejerció como capellán del hospital en aquella ciudad. En 1926, alegando razones familiares y de salud, pide al obispo de Madrid-Alcalá la admisión en la diócesis. En 1932 es nombrado cura ecónomo de Piñuécar y encargado de Gandullas, de donde será también párroco un año más tarde. Sus problemas de salud se agravaron y vuelve a Madrid, con su familia. En 1934 es nombrado capellán del hospital de la Fuenfría.
El 4 de agosto de 1936 fue conducido, junto con don José Polo, párroco de Cercedilla, a “Los Arroyuelos”, donde fueron rociados con gasolina y quemados vivos.
Ordenado sacerdote el 8 de julio de 1925, fue coadjutor de Santa María Magdalena en Ciempozuelos. En 1928 aparece como cura regente de Villamantilla. En 1929 asume también la parroquia de Villanueva de Perales, como cura ecónomo. En 1933 es ya cura ecónomo de Cercedilla, donde vive con sus padres. También el anciano padre fue asesinado allí.
En agosto de 1936 don José, por aquellos días enfermo, se encontraba apresado junto con otro sacerdote, don Alejandro Álvarez, en el hospital de Cercedilla. El día 4, tres coches de fusileros los condujeron hacia un lugar llamado “Los Arroyuelos”, donde fueron rociados con gasolina y quemados vivos. Los milicianos al llegar al bar del pueblo, contaron entre risas cómo en el momento de rociarlos con gasolina los sacerdotes se confesaban el uno al otro.
Hijo de Demetrio y Florentina. Estudió en los seminarios de Alcalá y de Madrid, incardinándose en la diócesis en 1918.
A finales de julio de 1936, ante las noticias de los asesinatos de los sacerdotes de los pueblos vecinos (Moralzarzal, Navacerrada, Collado Mediano) se le ofreció huir por la Sierra a la zona nacional, pero él se negó. Don Alejandro escribió una carta al Comité rojo poniéndose a su disposición, a lo que le respondieron: Que no tenga prisa, que ya llegará su hora. Ante la presión del frente de guerra, consintió ser trasladado por un feligrés a Becerril de la Sierra y, luego, a Moralzarzal, donde fue reconocido y denunciado al Comité local. Estando enfermo, lo sacaron en camilla de la cárcel y lo llevaron en un coche por la carretera de Villalba, donde debieron fusilarlo.
Ordenado sacerdote en Astorga, hizo el servicio militar en el aeródromo de Getafe siendo capellán suplente en las Carmelitas del Cerro de los Ángeles. En 1930, concluído el servicio, solicitó permiso para quedarse en Madrid. En 1935 es nombrado cura ecónomo de San Ildefonso, de Collado Mediano.
Es muy probable que el 23 de septiembre de 1936 hubiera sido conducido a la checa de Fomento, en Madrid. Fue encarcelado en Porlier y asesinado en Paracuellos del Jarama.
Hijo de Francisco y de María del Rosario. Bautizado en la parroquia de Santa Bárbara. En 1922 ingresa en el Seminario Pontificio de Comillas (Cantabria), donde fue ordenado sacerdote en 1932.
En 1934 es nombrado párroco de la Santísima Trinidad, de Villalba-Estación. De su temple martirial dan fe las palabras que un día les dijo a sus compañeros de prisión, admirados de la fortaleza espiritual que le permitía ayudar a todos sin ocultar su condición de sacerdote: ¿Sabéis dónde he aprendido a amar? En el Corazón de Jesús. (…) Si la vida es más dura, el amor se hace también más fuerte; y sólo este amor, cimentado en el dolor, puede llevar la Cruz de mi Señor Jesucristo.
El 18 de julio de 1936, le insistieron en que se marchara a Ávila para ponerse a salvo, con su familia, pero él respondió: No me cabrá el honor de ser mártir. El día 20 Ignacio es apresado. El 27 de septiembre, milicianos procedentes de Madrid se lo llevan a la Capital. Interrogado en la checa de Fomento, es conducido cerca de la villa de Vallecas, donde es asesinado y enterrado en el cementerio local. Su cadáver fue trasladado a Ávila, solar familiar, donde yace en el monasterio de la Encarnación.
De familia burgalesa que se trasladó a Madrid. Ordenado sacerdote en 1934, es nombrado coadjutor de San Bernabé de El Escorial. En 1936 pasa, como coadjutor, a Torrelodones.
Al estallar la revolución, creyéndose más seguro donde había estado más tiempo, vuelve al Escorial. Pero allí le esparaba la misma suerte que a sus hermanos en el sacerdocio, don Víctor y don Antolín.
Hijo de Victoriano y María, matrimonio de intensa vida de fe. Era el segundo de nueve hermanos, de los que la mayor fue clarisa y tres sacerdotes: Amando, que moriría en 1999, como párroco de San Gabriel, y Ángel y Miguel, redentoristas. Comenzó su formación en el Seminario de Astorga, pero, trasladada la familia a Madrid en 1933, terminó aquí sus estudios. Ordenado sacerdote el 6 de junio de 1936, con dispensa de edad, el día 20 es nombrado coadjutor de San Bernabé de El Escorial.
Un mes más tarde, el 21 de julio, fue encarcelado en la iglesia, junto con el párroco, don Víctor, y don Arecio. Su padre fue a verlo y el jovencísimo cura pudo decirle: - Padre, no te preocupes, mañana me fusilan. En el Cielo nos veremos. Tú márchate y que no sepan que eres mi padre. En efecto, Antolín fue asesinado el 11 de agosto. Victoriano escribe meses después a su hija Matilde, clarisa en Astorga:
Apreciable hija: entre las gracias que Dios nos ha concedido, ésta me parece que es la mayor: ¡Tu hermano Antolín! ¡Qué favor más grande éste que esperábamos con muchas ansias hacía 23 años tu madre y yo! Como también lo esperabas tú ¡Qué alegría cuando lo viste en el altar!... representando al mismo Cristo en el sacrificio del Calvario... dándonos al mismo Dios. ¿Qué más podría darnos? ¡Únicamente la sangre! Pues ahí la tienes ya derramada por el suelo, a imitación de Cristo.Esto faltaba de tu hermano.Todo nos lo ha dado... Vemos que hoy también hay mártires que defienden la fe de Cristo con la vida. ¡Y un mártir fue tu hermano Antolín! Dios se lo llevó junto con su párroco y otro compañero: ¡Tres mártires juntos!
Ordenado sacerdote, en Soria, en 1907, se traslada a Madrid en 1910 y es nombrado párroco de Cenicientos; en 1913, capellán del Instituto Asilo de San José, “Las Piqueñas”, en Carabanchel Alto, regentado por una comunidad de Hermanos de San Juan de Dios, que también sería martirizada casi en su totalidad. Luego fue párroco de Colmenar del Arroyo, y en 1931, de San Bernabé de El Escorial.
El alcalde de El Escorial lo mandó detener el 21 de julio de 1936. Encerrado en la iglesia parroquial, convertida en cárcel, el 11 de agosto fue sacado y asesinado por cuatro milicianos, junto con el coadjutor, Antolín Rodríguez del Palacio y otro sacerdote, Arecio Mendoza García.