Hijo de Francisco y de María del Rosario. Bautizado en la parroquia de Santa Bárbara. En 1922 ingresa en el Seminario Pontificio de Comillas (Cantabria), donde fue ordenado sacerdote en 1932.
En 1934 es nombrado párroco de la Santísima Trinidad, de Villalba-Estación. De su temple martirial dan fe las palabras que un día les dijo a sus compañeros de prisión, admirados de la fortaleza espiritual que le permitía ayudar a todos sin ocultar su condición de sacerdote: ¿Sabéis dónde he aprendido a amar? En el Corazón de Jesús. (…) Si la vida es más dura, el amor se hace también más fuerte; y sólo este amor, cimentado en el dolor, puede llevar la Cruz de mi Señor Jesucristo.
El 18 de julio de 1936, le insistieron en que se marchara a Ávila para ponerse a salvo, con su familia, pero él respondió: No me cabrá el honor de ser mártir. El día 20 Ignacio es apresado. El 27 de septiembre, milicianos procedentes de Madrid se lo llevan a la Capital. Interrogado en la checa de Fomento, es conducido cerca de la villa de Vallecas, donde es asesinado y enterrado en el cementerio local. Su cadáver fue trasladado a Ávila, solar familiar, donde yace en el monasterio de la Encarnación.