De Acción Católica desde la fundación del Centro de la Parroquia de Espíritu Santo. De las compañías de Obreros de San José y del Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles. Un mes antes de la guerra, en unos ejercicios espirituales al ponerse un escapulario de la Virgen del Carmen exclama: “Ya nos pueden matar si quieren, pues nosotros ya estamos arreglados”. La guerra estalla cuando él velaba el Santísimo Sacramento en el Cerro de los Ángeles junto a otros obreros. Custodian a las Carmelitas del Cerro hasta que el 21 de julio se las llevan a Getafe los Guardias de Asalto con el pretexto de que corrían peligro. Por el miedo a ser detenidos, se ocultan en una finca próxima, llamada “Las Zorreras”. A la mañana siguiente bendicen el desayuno y se santiguan cuando terminan. La criada de la finca y su hijo, pensando que eran frailes, avisan a los milicianos de Getafe. El día 23 varios hombres acuden al lugar y los fusilan. Fueron inhumados en el Cementerio de Getafe el día 26 de julio de 1936. Finalmente, fueron trasladados al Cementerio del Cerro de los Ángeles.