Recibe la primera formación de un tío suyo, sacerdote, y de los Hermanos de la Doctrina Cristiana. En 1927 se traslada a Madrid, viviendo en casa de sus abuelos, hasta que en 1928 se establecen sus padres en la capital. La guerra le sorprende en el Cerro de los Ángeles, haciendo vela ante el Santísimo. Vuelve a Madrid, aunque por poco tiempo, ya que regresa al Cerro de los Ángeles para proteger a las Carmelitas, hasta que el 21 de julio se las llevan a Getafe con el pretexto de que corrían peligro los Guardias de Asalto. Por el miedo a ser detenidos, se ocultan en una finca próxima, llamada “Las Zorreras”. A la mañana siguiente bendicen el desayuno y se santiguan cuando terminan. La criada de la finca y su hijo, pensando que eran frailes, avisan a los milicianos de Getafe. El día 23 varios hombres acuden al lugar y les fusilan. Fueron inhumados en el Cementerio de Getafe el día 26 de julio de 1936. Finalmente, fueron trasladados al Cementerio del Cerro de los Ángeles.