Hijo de Francisco y Esperanza. Fue el mayor de siete hermanos. Comenzó sus estudios de Latín y Humanidades en el Seminario de los Paúles de Murguía (Álava) y los terminó en el Seminario de Madrid. Ordenado sacerdote en 1922, es nombrado cura ecónomo de San Juan Evangelista de Quijorna y, en 1932, trasladado a Móstoles como párroco de Nuestra Señora de la Asunción.
El 23 de julio tres o cuatro jóvenes armados sacan a don Ernesto su casa. El Comité del pueblo lo había decidido. Lo llevan a la Dirección General de Seguridad. Su hermano Eliseo, que estaba en Móstoles aquellos días, acudió a la Puerta del Sol a preguntar por él, pero allí no aparecía como detenido. Más tarde, su cadáver fue identificado en el lugar llamado “Retamares”, en el kilómetro 11 de la carretera de Extremadura, por una mendiga a la que él había auxiliado. Enterrado en una fosa común del Cementerio de Carabanchel Alto, luego fue trasladado al Valle de los Caídos, donde yace en la capilla del Pilar.