Hijo de Alejandro y Tomasa. Estudió en los seminarios menor y mayor de Madrid. Ordenado sacerdote en 1900, desempeña varios oficios hasta que en 1911 es nombrado párroco de Bustarviejo. Al comenzar la guerra, el alcalde de Bustarviejo le dio un salvoconducto. Don Federico buscó refugio en Madrid, pero fue reconocido y detenido. Pidió a sus captores que, si lo iban a matar, lo llevaran a su parroquia de Bustarviejo. Así lo hicieron de un modo salvaje. Siempre hay flores en su tumba.