Estudia en el seminario de Burgos y en la Universidad Gregoriana de Roma. Es ordenado sacerdote en Roma el 29 de junio de 1915. Solicita traslado a Madrid en 1925. El 13 de febrero de 1929 fue nombrado canónigo archivero y bibliotecario de la Catedral de San Isidro. Muy buscado por los milicianos, porque lo creían poseedor de llaves y documentos del obispado, fue uno de los cuatro que, previsoramente, había emparedado la urna con el cuerpo de San Isidro. Guardó fielmente el secreto, aun a costa de su vida. Fue encarcelado en la prisión de Porlier, y sacado de allí, el 19 de noviembre de 1936, para ser asesinado en Paracuellos de Jarama.