De vocación sacerdotal precoz, estudia en el Seminario de Sigüenza. Ordenado sacerdote en Sigüenza en 1904. Ejerce el sacerdocio en Miralrío (Guadalajara). Capellán en la parroquia de Nª Sª de Covadonga en 1933. Tras la quema de la parroquia por milicianos en 1936 y asesinato del otro coadjutor, busca refugio en diversos lugares, pero es finalmente delatado por vecinos y los milicianos lo llevan a la checa de Bellas Artes, para ser fusilado en Carabanchel.