Con respecto a su martirio, el 17 de agosto de 1936 se presentaron en la carnicería (calle Calatrava 19-21) unos milicianos que pertenecían a la checa de la Paloma. Mandaron salir a su hijo y allí mismo le fusilan. Según la Causa General, la misma descarga acaba con su vida ya que “se había unido a su hijo al ver a los milicianos”. Marcelino Panizo Rodríguez tenía un disparo en el corazón y en la sien, su hijo, en el vientre y en la boca.