El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, presidió este sábado, 12 de diciembre, en la catedral de Santa María la Real de la Almudena la solemne ceremonia de apertura del proceso diocesano de canonización por martirio de 140 siervos de Dios, promovido por la archidiócesis de Madrid, la diócesis de Getafe, la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), la Acción Católica de Madrid y la Acción Católica de Getafe.
En el acto se produjo el juramento de los miembros del tribunal y del postulador para los procedimientos instructorios diocesanos de la vida, el martirio y la fama de martirio de Timoteo Rojo Orcajo y 60 compañeros sacerdotes diocesanos; Rufino Blanco Sánchez y 70 compañeros laicos, la mayoría de la Acción Católica y de la ACdP, e Isidro Almazán Francos y siete compañeros laicos de la ACdP, todos ellos víctimas de la persecución religiosa en España en los años 30. Pueden encontrarse sus biografías y más información sobre las causas en este folleto y en la web de la Delegación para las Causas de los Santos de Madrid.
«Dieron su vida por Jesucristo y por su santa Iglesia»
«Según es fama dieron su vida por Jesucristo y por su santa Iglesia», subrayó monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, encargado de la Pastoral de la Santidad de la diócesis, antes de que se leyeran los nombres de cada uno de ellos. En un futuro podrán sumarse a los 2.046 mártires del siglo XX ya reconocidos por la Iglesia como santos y beatos. «Aquella nube ingente de testigos de la fe se ha hecho ya patrimonio de la Iglesia universal. Y con este acto, este patrimonio martirial de la Iglesia católica seguirá enriqueciéndose, si Dios quiere, para la gloria del Creador y el bien de la humanidad», aseveró el también obispo auxiliar de Madrid.
Por su parte, el cardenal Osoro incidió en que estos siervos de Dios conocieron a Jesucristo y así «el amor absoluto que nos da y mantiene la esperanza». Por ello, continuó, «nos invitan a estar vigilantes y a tener muy presente en nuestra vida el amor de Dios, entre otras cosas porque el Señor es sorprendente, llega cuando menos lo piensas». «Estos hombres y mujeres dejaron que el Señor les robase el corazón. El Señor para ellos fue el verdadero Rey. Le entregaron su vida. ¿Dejaremos todos nosotros que estos hombres interpelen nuestra vida? ¿Le aceptaremos como Rey en nuestra existencia? Tengamos confianza y seguridad en el Señor».
En la celebración también participaron el arzobispo emérito de Madrid, cardenal Antonio M.ª Rouco Varela; el arzobispo castrense, monseñor Juan del Río; el obispo de Getafe, monseñor Ginés García Beltrán; el arzobispo emérito de Burgos y consiliario de la ACdP, monseñor Fidel Herráez; los obispos auxiliares de Madrid monseñor Jesús Vidal, monseñor José Cobo y monseñor Santos Montoya; el canciller secretario del Arzobispado, Alberto Andrés Domínguez, y el delegado episcopal para las Causas de los Santos, Alberto Fernández, entre otros.