Sesión de apertura de las Causas de Beatificación por declaración de martirio

 

 

El 12 de diciembre de 2020, en la Santa Iglesia Catedral de Santa María la Real de la Almudena, tuvo lugar la solemne sesión de apertura de las Causas de Beatificación por declaración de martirio de Timoteo Rojo Orcajo y 60 compañeros sacerdotes diocesanos; Rufino Blanco Sánchez y 70 compañeros laicos, e Isidro Almazán Francos y siete compañeros laicos de la ACdP, todos ellos víctimas de la persecución religiosa en España en los años 30.

En el acto, presidido por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, estuvieron presentes en representación de las partes actoras el obispo de Getafe, monseñor Ginés García Beltrán; el arzobispo emérito de Burgos y consiliario de la ACdP, monseñor Fidel Herráez; el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, D. Alfonso Bullón de Mendoza; y el presidente de la Acción Católica de Madrid D. Ildefonso Corella. Asistieron además el arzobispo emérito de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela; el arzobispo castrense, monseñor Juan del Río; los obispos auxiliares de Madrid monseñor Juan Antonio Martínez Camino, monseñor Jesús Vidal, monseñor José Cobo y monseñor Santos Montoya. Y junto a ellos, numerosos familiares de los Siervos de Dios y fieles devotos de las Causas.

Al comienzo del acto, el cardenal Osoro veneró el icono de los santos y beatos mártires del siglo XX en Madrid, mientras el coro entonaba el himno Semillas de paz. A continuación, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, encargado de la Pastoral de la Santidad de la diócesis de Madrid, intervino explicando brevemente el sentido del acto, e inició la lectura de los nombres de los Siervos de Dios de las Causas, junto con su edad y profesión, lectura que completaron el obispo de Getafe, el presidente de la Acción Católica de Madrid y el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas.
Tras la lectura del Libelo de demanda por parte del Postulador, D. Pablo Sánchez Garrido, prestaron juramento de cumplir diligentemente su oficio el cardenal arzobispo de Madrid, el tribunal delegado para las tres Causas, y el propio Postulador.

En la conclusión del acto el cardenal Osoro incidió en que estos siervos de Dios conocieron a Jesucristo y así «el amor absoluto que nos da y mantiene la esperanza». Por ello, continuó, «nos invitan a estar vigilantes y a tener muy presente en nuestra vida el amor de Dios, entre otras cosas porque el Señor es sorprendente, llega cuando menos lo piensas». «Estos hombres y mujeres dejaron que el Señor les robase el corazón. El Señor para ellos fue el verdadero Rey. Le entregaron su vida. ¿Dejaremos todos nosotros que estos hombres interpelen nuestra vida? ¿Le aceptaremos como Rey en nuestra existencia? Tengamos confianza y seguridad en el Señor».

Fotografías de Ana Campos Noguerón

 

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